77 días de cuarentena

¿Alguien le encuentra sentido a esto?

Esta mañana me masturbé pensando en sacar un momento de excitación que no era más que imaginativo, un placer cauteloso de no surgir, pero que finalmente sucedió.

Hoy lloré después de meses sin hacerlo, me siento incierto, algo inseguro, cuestiono todo por naturaleza. Y de nuevo ahí vienen, esas ganas de llorar por algo que no sé qué es, por algo que no sé manejar. No son muchas, realmente, son solo ganas contenidas, lágrimas que están ahí por incomodidad.

Es difícil este tiempo y aunque tengo tranquilidad, aunque hay una cierta calma económica y una pausa, no estoy cómodo. Me genera ansiedad y angustia que la gente sea tan proactiva, que quiera volcar todo a una funcionalidad que se quiere hacer pasar por normal cuando completamente no lo es.

He puesto hace dos días una foto en mi Facebook donde estoy sonriendo, nunca lo había hecho, tal vez no tenía o aun no tengo la sonrisa más bonita, pero lo hice, la tomé hace poco más de dos meses cuando estaba empezando este periodo de aislamiento que de algún modo me ha querido hacerme a la idea de que necesito estar más tiempo solo.

Puse A.D.N. de La Bien Querida porque me vino una de sus frases a la cabeza cuando surgió este momento de sentirme desanimado, y un poco el soundtrack de Amélie porque me gusta el piano. Pero la primera fue por recordar el fragmento que dice “hoy me levanto con muy pocas ganas de hacer nada, estoy cansada de dar vueltas y dar vueltas para nada, cansada de mis decisiones que no acaban en nada, si lo único que me interesa es verte sonreír”, y sí, hoy te extrañé harto, aun cuando esta mañana te fuiste y te abracé.

Y es que hoy todo está revuelto en casa, en mi casa, en la única casa que puede ser completamente mía y de nadie más, mi cabeza. No tengo ganas de escribir, no tengo ganas de trabajar, no tengo ganas de postular, no tengo ganas de inspirarme y de hablar con los demás, le tengo pánico a eso a veces, me fastidia hablarle a la gente cuando no tengo motivación. Precisamente estoy aquí porque esto es una de las únicas cosas que me ayudan a salir del malestar, escribir para mí, por mí y sobre mí, no escribir porque sí para justificar el dinero que estoy recibiendo.

Es que esta nueva normalidad abruma, cansa, ese ánimo de querer ofrecerlo todo de un modo en que se cree que todo podemos consumirlo y a la vez, que todo queremos consumirlo. No, yo no quiero eso. La normalidad de antes estaba mal, todo el maldito sistema está mal, diría Lisa, que tiene tanto de mí como yo de ella.

Vagando entre palabras intento darme un poco de ánimo para continuar, para enfrentarme a lo que no quiero hacer, sí, puede que por pereza, sí, puede que desde mi cómodo bienestar, pero igual en algún momento tendré que hacerlo. Me apena conmigo mismo continuar igual, pero y si no tengo ánimos de cambiar, cuándo será el día en que pueda enfrentar la realidad y darme cuenta que no sé cómo seguir, y que aunque eso no me afana, sí sigue ese malestar, que muy dentro de mí solo yo puedo solucionar. Y es que darle una nueva cara a lo que no quiero hacer pero me toca es seguir siendo hipócrita, es seguir justificando lo que obtengo por lo que hago y ya sin impulso, tal como leí en un correo del trabajo, casi que de modo automático, y eso es lo que menos quiero, continuar en una rutina que no tiene salidas, que sigue un rumbo repetitivo, un ciclo de no tener cosas nuevas por estar seguro, por estar cómodo, por permanecer en ese abrumador bienestar que esa realidad y normalidad de antes quiere generar en esta nueva realidad.

Un Comentario

  1. Álvaro A. Rojas

    Todo esto es una locura, pero todo esto pasará eventualmente y algunas cosas cambiarán probablemente, pero ya llegará el momento de adaptarnos o preocuparnos de eso. Yo trato de aprovechar esta nueva normalidad para hacer cosas que antes no podía, de las que antes no tenía tiempo o siempre aplazaba, y si, sé que no es fácil, porque igual sigue siendo raro, pero ya verás que ya pasará. Solo deberíamos preocuparnos por el día a día, ¿Qué vamos a hacer en el siguiente minuto? ¿Qué vamos a hacer hoy, o el día siguiente? y poco a poco llevarnos a donde queremos.

    Todo se aclará, incluso en estos tiempos de turbulencia.
    Cuenta conmigo siempre.

Deja un comentario